miércoles, 8 de mayo de 2013

PLANTAS MEDICINALES GENERALIDADES

Las plantas medicinales sin embargo se caracterizan por aportar al organismo múltiples principios activos que al tratarse de moléculas orgánicas se absorben en general más fácilmente y su efecto depende de la acción conjunta de variadas sustancias que se potencian y equilibran mutuamente pudiendo beneficiar a diferentes órganos o funciones del organismo. Si bien su acción es más lenta, seguramente será más persistente en el tiempo; no es frecuente la aparición de efectos de rebote, o de resistencias, o provocar adicciones o efectos tóxicos. Tengamos en cuenta sin embargo, que aunque no con la frecuencia de los medicamentos químicos, las plantas medicinales también tienen sus limitaciones y efectos secundarios que es preciso conocer. 

Principio activo: el poder curativo de una especie medicinal le viene dado por uno o más componentes que se encuentran en esa parte de la planta; a esto le llaman los yerberos “la sustancia” o “el alma” de la planta. En términos científicos modernos se le denomina principio activo, o sustancia responsable de la actividad farmacológica. Así la digoxina, un medicamento muy útil como estimulante del músculo cardiaco, es un principio activo que se obtiene de las hojas de Digital (Digitalis lanata); o la morfina, potente analgésico que calma el dolor de muchas enfermedades, se obtiene de las cápsulas de Amapola o adormidera (Papaver somniferum); del mismo modo los principios activos responsables de la acción antiséptica y antibiótica del Tomillo (Thymus
vulgaris) que se obtienen de las hojas de esta planta son thymol y carvacrol.
Parte utilizada o droga vegetal: se le llama así a la parte o partes concretas de la planta que le confieren su utilidad terapéutica. Así cuando definamos una planta como medicinal debemos mencionar obligatoriamente la parte de esta planta que sustenta la actividad curativa. Por ejemplo en el caso de la manzanilla (Matricaria recutita L.) la parte utilizada o droga vegetal de esta planta son las flores, pero no las hojas ni el tallo por tanto, sin en una infusión de manzanilla no hay flores, no habrá actividad terapéutica. Otro ejemplo es el naranjo amargo (Citrus aurantium L.) en el que las flores tienen una actividad como sedante suave y para favorecer el sueño; mientras que la cáscara del fruto tiene su actividad terapéutica para favorecer el apetito y la digestión, y para mejorar trastornos circulatorios periféricos.

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